Namasté hermanita(o) en la luz:

¡Ha sido un verdadero honor contar con tu presencia este año, muchas gracias! Tu compañía llena mi corazón, honra mi ser y eleva mi espíritu. Agradezco profundamente que seas miembro de esta comunidad, mi propósito de vida.

Mi deseo es que el próximo año esté lleno de amor incondicional, que tanto en México, América Latina, España y en todo el mundo encontremos bienestar, amor, unión, paz, igualdad y justicia de la manera más gentil y amorosa. Que volquemos nuestros corazones hacia la luz y el amor y desde ahí, expandamos abundancia integral a todo el mundo. ¡Qué todos los seres sintientes del planeta tengamos amor, salud, prosperidad y bienestar! Qué así sea. Y así es. Amén.

Como lo viste en el título del blog post, mi invitación es a que no hagas propósitos de año nuevo. No creo en ellos. En mi experiencia, el plantearme objetivos anuales no hace ni que los cumpla, ni que me ame más. Al contrario, me generan estrés, engrandecen mi auto juicio y muchas veces, propician el que me maltrate. ¡No está bueno!

Así que te tengo otra propuesta… ¿qué tal si este año lo enfocas a sólo UN compromiso de amor propio?

Un compromiso es una intención manifestada. La diferencia básica con el propósito es que la intención está en el aquí y el ahora y el propósito en el futuro.  Es muy normal que el 31 de diciembre mientras comes cada uva, te enfoques en lo que no te gusta de ti o tu vida. “Ahora sí voy a bajar de peso.” “Ahora sí voy a dejar de fumar.” “Este año sí tendré pareja.” “Ahora sí voy a hablarle más seguido a mis padres.” “Ahora sí le voy a echar ganas a…”  ¿Te suena familiar?

Yo solía ponerme metas que determinaban mi valor.  Como no las cumplía, no me amaba. Propósitos que me puse en el pasado estaban anclados a no aceptarme, a enjuiciar lo floja-grosera-enojona-despistada-etc. que era.

¿Qué cambio podría hacer desde mi resistencia? Desde el desamor…

Llevo unos años practicando la aceptación de mí misma. Tal cual soy. Con todo lo maravilloso que me compone y lo que no me gusta de mí. Es genial poder aceptar lo que hay. Cuando me acepto, me amo y por tanto, realizo ajustes a mis hábitos desde un punto de amor.

¿Y sabes? Cuando haces algo por amor, persiste, pues el amor se magnifica y multiplica, no se termina. Cuando realizas un propósito de año nuevo desde la resistencia, es muy probable que para febrero ya hayas soltado el objetivo. Viene del miedo y el único que se engancha con el miedo (en cualquiera de sus versiones: enojo, celos, rabia, estrés, decepción, juicio, crítica, etc.) es el ego. El Universo reconoce al amor y por tanto, sostiene y soporta las acciones que afirman el Amor en ti.

Por tanto, te invito a que te comprometes contigo a amarte. A aceptarte. La recompensa vendrá en que realizarás por añadidura, los ajustes que tu vida requiera para que experimentes aún más amor. Tu alimentación se vuelve de amor, por lo tanto, de salud. Tus relaciones se vuelven de amor, es decir, armónicas. Tus acciones se enfocan en el amor, por tanto tu trabajo afirma tu misión de vida y si se requiere se transforma o cambia para que sirvas desde el amor al Universo. Tu ser, se expande y experimentas paz interior. Y así, cuando hay amor en ti, hay amor en toda tu experiencia.

Así que esta semana te invito a que te acciones y compartas 3 cosas que expresan el amor que te tienes. Un ejemplo es: “Porque me amo, dejo la auto crítica ahora.” ¿Y tú? ¿Cómo te amas? Comparte en los comentarios.

Nos vemos la semana que entra, para continuar el arranque de lo que estoy segura, será un maravilloso año.

Recuerda, eres luz y amor. Eres abundancia. Elige experimentarla en todas las áreas de tu vida.

Saprema,

Andrea ❤