Namasté querida o querido mío.

Tengo una super mujer dentro de mi mente, que cree que es todo poderosa y experta en manejo de crisis. Este síndrome de super woman, hace que me cueste trabajo pedir ayuda, que cargue cosas y situaciones que no me corresponden y que quiera solucionarle la vida a toda persona que se me acerque a platicarme sus problemas. (Con razón la espalda se me descompuso hace un par de años…) Parte de mis aprendizajes de vida es permitir que la vida sea vida y que los demás usen sus recursos para vivir.

A veces me sale de maravilla. Otras tengo que amarrarme los brazos (energéticamente) para no intervenir. Los ángeles y mis experiencias de vida me han enseñado que no hay porqué temerle al dolor. Que la vida es incómoda y que no pasa nada porque la sensación no es permanente. He descubierto que entre más permito que las cosas sigan su ritmo y cauce; menos ansiedad experimento, más aceptación encuentro y mejor me la paso. La vida nos afecta y está bien que lo haga. El querido ego quiere siempre evitarnos el disgusto y riesgo, pero solo saliendo de nuestra zona de confort y sintiendo todas nuestras emociones -placenteras y desagradables- es posible crecer, evolucionar y sanar.

Así que el día de hoy te tengo un episodio donde te cuento qué es la Ley de Gracia y si se vale o no pedir ayuda para alguien más a los ángeles.

Después de escuchar el podcast o ver el vlog, por favor compárteme en los comentarios qué reflexiones te dejó este episodio y si te reconociste como alguien que desea rescatar a los demás de proceso incómodos y dolorosos.

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