indian-hero-mahatma-gandhi¿Has notado que siempre comienzo mis blogs con “Namasté” querido ser de luz?

Namasté es una palabra que comúnmente encontramos en el acervo espiritual. Es una palabra en sánscrito que literalmente quiere decir: “Nama” – reverencia “as” – yo y “te” – tú, por lo que sus interpretaciones más comunes son: “Me inclino ante ti.”, “Honro la presencia en ti.”, “Saludo a la divinidad que reside en ti.”

Va acompañado de un gesto; las manos van en postura de oración. Inclinamos la cabeza hacia el frente, ayudando a la mente a rendirse ante el corazón. Llevamos las manos a la altura del corazón para incrementar el flujo del amor divino.

¿No es lindísimo?

Al hacerlo te conectas con lo más hermoso y esencial de la persona. Te enfocas en el pedacito de Dios que vive dentro de ella. Estás rindiéndote ante lo especial que es, ante el flujo amoroso que sabes que vive dentro de su ser. Así que la invitación es que en esta época de reflexión, antes de juzgar, de pelear y de criticar, puedas detenerte un momento y observarte en la persona que te está retando en ese momento. Te está enseñando algo de ti.

Tips para verte, sentirte o pensarte en el otro:

1. ¡Ámate! El primer paso es el amor propio. Así puedes reflejar y observar el amor en los demás.

2. Sé compasivo contigo. Comprende que ya eres un ser perfecto. Sé gentil contigo, e integra lo que vas siendo momento a momento.

3. Sé compasivo con los demás. Recuerda que todos somos aprendices y maestros simultáneamente.

4. Ten presente que, tanto lo que juzgas como “bueno”, como lo “malo”; lo puedes observar en los demás porque reside en ti. En todo momento nos vamos reflejando unos a otros. 

Con todo mi amor,

Andrea de la Mora