Namasté querido ser de luz.
Como un ciclo interminable de transición infinita, el Universo fluye en equilibrio. Tenemos modelos de dualidad balanceada como la noche y el día, lo masculino y lo femenino y la niñez y la adultez.
Otro patrón de reciprocidad en la vida es el dar y recibir. En occidente, confiamos ciegamente en creencias equivocadas como que es mejor dar que recibir, sin hacer conciencia de que estas acciones van ligadas ininterrumpidamente en el flujo infinito de la vida.
Este es un proceso natural, como inhalar y exhalar. Cuando das, es necesario recibir algo a cambio, dejando a un lado justificaciones de la mente que nos hacen creer que recibir es una acción egoísta. Recibir, cierra el círculo y permite que trascienda la acción concibiendo la posibilidad de continuar dando.
Cuando tú das, te invade en un estado de alegría y satisfacción porque te regalas a ti mismo el concepto de ver más allá de ti y compartir. No importa si das cosas materiales, compañía, apoyo incondicional o amor. El dar es un obsequio tanto para quien recibe y como para el que da.El recibir funciona de la misma manera. Le permites a alguien tener el regalo de dar y al mismo tiempo equilibras el ciclo que fue iniciado por ti. Mientras más recibes, eres más capaz de dar y ofrecer.¡Abre tu corazón a recibir! Cuando recibes, inmediatamente tu corazón se llena de gratitud y esa gratitud es la que hace que te conectes con más frecuencias de abundancia que literalmente te rebotan y te hacen merecedor de recibir en mayor cantidad y al mismo tiempo, de dar y compartir.
¡Elige experimentarla en todas las áreas de tu vida!Con todo mi amor,
Andrea de la Mora ❤