Sin duda es de los momentos más confusos, raros y movidos que hay en la vida de alguien.
Aparecen personas que hace mucho que no ves. Recibes llamadas y cariño de quien no esperabas. Y todos están ahí para ti. Para decirte que les importas. Que sin importar la distancia o los tiempos, siguen.
Y la persona que muere deja una ola de Gracia como regalo a todos los que estuvieron cerca de ella, en vida y/o en muerte. Es maravilloso.
El dolor está ahí, pero también lo está Dios.
Así que gracias Pá.
Andrea ❤