Miro el cielo y encuentro paz al observar lo azul. A mi derecha el paisaje nevado me reconforta, respiro profundo y siento a Dios en mi interior. Todas mis preocupaciones no tienen fundamento, Dios está aquí. Puedo sentir a Dios.
Hay cosas que me detonan compulsión mental. Con esto me refiero a pensamientos obsesivos, angustiosos, repetitivos y equivocados. Hoy escuchar, o más bien, leer que hay personas que sienten que lo tienen ya todo resuelto me disparó completamente la mente. ¿Qué me preocupa? Que yo no soy como ellas. Yo apenas estoy abriendo mi caparazón, estoy conociendo el verdadero amor de pareja, el amor a mí misma. La aceptación de mi cuerpo. Todavía no estoy preparada para guiar una vida que resulte de la mía. Y respiro profundo, aquí sigue Dios, y yo también… Hasta la próxima.
Andrea de la Mora ❤
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