Namasté querido ser de luz.

Te escribo regresando de darme unas semanas de descanso.  Estuve de viaje, reconectando con mis raíces y regalándome un mini retiro 🙂  En ese período no hice actividades relacionadas a mi rutina diaria. Sólo estuve conectando a través de mi cuenta de Instagram, donde publiqué (y seguiré publicando en estas semanas) fotos de los maravillosos lugares en los que me encontraba.

Y es que, ¿sabes? Desde el 2010, tengo la tradición de darme por lo menos dos viajes de mini retiro al año. A veces duran un par de semanas, otras varios meses.

Este era un sueño que tengo desde niña, pero el ego me decía que no podría, que al regresar ya no tendría empleo, que era peligroso o carísimo, que sólo cumpliendo equis condiciones (imposibles) se podía lograr desconectarme tanto tiempo… miles de pretextos para no llevar a cabo mi sueño. Le creí varios años, pero un día pensé que todas esas historias no eran amorosas para mí. No me beneficiaban en lo absoluto. Me atreví a dar el paso, a realizar las acciones necesarias para poder romper la dependencia y darme esos mini retiros. 

Ha sido uno de los más grandes presentes que me he regalado.

 Estos mini retiros me hay ayudado conocerme, ir más allá de mis paradigmas y reexaminar mi vida y mi misión, dándome un recargue de baterías y creatividad que me permiten vivir más en conciencia y servir mejor al universo. 

Estas experiencias me han asistido en reconocer mis apegos y dependencias y amorosamente aceptarlos y transformarlos. Así que esta semana, te quiero compartir un vlog donde hablo sobre la dependencia emocional. Aunque está enfocado en una pregunta de relaciones humanas, lo puedes aplicar en tu relación con tu empleo, tu país, tu cuerpo, tu abundancia, entre otras cosas. Confío en que te ayudará a ir más allá de tu miedo.

Te mando un abrazo viajero.

Recuerda, eres luz y amor. Eres abundancia. Elige experimentarla en todas las áreas de tu vida.

Con todo mi amor,

Andrea de la Mora  ❤