Namasté querido unicornio próspero.

Ya te he contado que los seres humanos vivimos en una experiencia dual. Debido a que tenemos ego, nos percibimos como individuos -separados de los demás seres humanos y habitantes del planeta, así como de la Fuente que nos creó.-

Esta separación se le conoce en las leyes herméticas como la ley de la polaridad, la cual dice que todo tiene dos polos, todo tiene sus opuestos. Lo vivimos en femenino y masculino, día y noche, arriba y abajo…

Ahora, la clave de esta ley es que en realidad el que algo tenga polos opuestos, no quiere decir que sean elementos distintos, sino que son lo mismo, pero en un grado diferente. Por ejemplo, la temperatura… los polos son fría y caliente. Sin embargo, no quiere decir que sean elementos separados, sino que es el grado de temperatura lo que cambia y aunque una está más hacia un lado que la otra, esta dualidad sigue siendo de lo mismo: temperatura. ¿Me explico?

Ahora, para que te cuento todo esto. Si me has seguido desde hace tiempo sabes que soy muy contundente -y repetitiva- al decir que para manifestar abundancia requerimos anclar nuestra conciencia a la conciencia de nuestra Divinidad – cualquiera que ésta sea para nosotros-. La ley de la polaridad nos ayuda a reconocernos Uno con la Divinidad y recordar que la separación es simplemente un grado distinto de la experiencia.  En esencia somos inseparables de Dios -y de su poder creativo-, ¿te das cuenta?

Así que te dejo con esta reflexión: El Gran Espíritu crea y si nosotros nos reconocemos parte de su energía, co-creamos. 

Vas tú. Comparte en los comentarios tus reflexiones. Ya sabes que voy a leer todos los comentarios y retroalimentaré algunos.

Espero que esto te dé mucha luz.

Recuerda, eres luz y amor. Eres abundancia. Elige experimentarla en todas las áreas de tu vida.

Namasté

Andrea ❤︎