Namasté querido hermano en la luz.

Te tengo una actualización, ¿recuerdas mi cambio de consultorio?

Todo se dio súper rápido y fácil. -Como siempre lo es cuando la divinidad interviene.-
Cuando me enteré que tendría que mudarme, pedí guía y solté sabiendo que iba a terminar en el lugar que fuera en el mayor beneficio de mi práctica profesional y la de Omar.
Un fin me dediqué a buscar y al siguiente (este fin de semana) me mudé. ¡Listo!

Cuando ya estaba por cerrar el antiguo consultorio sentí gratitud mezclada con nostalgia y un poco de tristeza. Estos tres años ahí, me dieron muchísimo. También me llené de emoción por lo que viene. Los cambios siempre son guiados, siempre son en el más alto bien de los involucrados. Confío en que hay una bendición detrás que todavía no se descubre. El nuevo consultorio está súper cerca de mi casa, frente al gimnasio al que voy, tengo una estación de ecobici en la esquina y lo mejor de todo es que mi nuevo casero está en el mundo de la práctica espiritual y eso hace que entienda perfecto a que me dedico. Su oficina está llena de imágenes de deidades, Maestros y guías con las que resueno mucho, entonces estoy muy feliz por eso. ¡Arriba los cambios!

Así que esta semana te comparto una meditación para que contactes con el desapego. Aprovecho para aclarar que desapego no es sinónimo de indiferencia. Al contrario, te importa lo que vives, los que amas y lo que tienes, pero sueltas confiando en los ciclos, en las formas en las que todo se da; sabiendo que siempre y sin excepción todo es en tu mayor beneficio.


Como sabes, lo que más enriquece a nuestra hermosa comunidad es tu aportación. Así que después de ver el video, te invito a que compartas ¿qué aspectos identificas que requieren desapego en tu vida? ¿Qué otras técnicas se te ocurren además de meditar para vibrar en desapego? ¿Qué afirmaciones resuenan con este tema? Comparte aquí.

Recuerda, eres luz, amor y abundancia. ¡Elige experimentarlas en todas las áreas de tu vida!

Nos leemos el miércoles que viene, mientras tanto, te mando un abrazo de dulce de mango.

Con todo mi amor,

Andrea de la Mora